Como diputado y Director
General de Obras Públicas, Cipriano S. Montesino fue el autor
de la Ley de Ferrocarriles de 1855, auténtica pieza de la
revolución social que el tren produjo en nuestro país.
Además, durante más de 30
años sería Director General de una de las dos grandes
compañías ferroviarias españolas del XIX, la MZA.
También fue presidente de
la Real Academia de Ciencias y consumado políglota, pues el
inglés había sido su lengua durante toda su adolescencia en
el exilio, y el francés lo sería en su juventud en París.