Las
primeras fábricas de vapor que se desplegaron en Cataluña en
los años 30 y 40 del siglo XIX estaban destinadas al
accionamiento de telares, y sirvieron de embrión a algunas
fundiciones capaces de mecanizar piezas para máquinas de
vapor, pero sólo de tamaño reducido.
El
despliegue ferroviario en España no pudo contar, pues, con
una base mínima para proyectar y construir aquí nuestras
locomotoras.
En
los años cincuenta, varias sociedades catalanas ya eran
capaces de fabricar máquinas de vapor de porte medio. Ello
llevó a la constitución de una nueva sociedad, "La
Maquinista Terrestre y Marítima",
que con el tiempo sería un auténtico buque insignia de la
ingeniería industrial española. Sus directivos fueron
Ingenieros Industriales, como su Director Técnico y fundador,
Nicolás Tous,
y el Director que le sucedería a su muerte, en 1880, José
Cornet y Más.
Joan Güell |
Antonio López |
Güell,
fundador de "La Maquinista", y Antonio
López, Marqués de Comillas, desarrollaron una
importante política de inversiones en las primeras
décadas de la industrialización.
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Con
Cornet, "La Maquinista" alcanzó el sueño de sus
fundadores: En 1884 ensayó su primera locomotora,
que poco después se fabricaría en serie. Era la segunda
locomotora ideada y construida en España, pues la primera fue
la que Ramón Cases
y el Ingeniero Industrial López
Chavarri habían fabricado en
Valencia para el ferrocarril Silla-Cullera.
En
1894 "La Maquinista"
ganó el concurso internacional de nuestra Armada para dotar
al crucero "Cataluña"
y al acorazado "Carlos V"
de sendas máquinas de vapor de
15.000
H.P. Un refuerzo que llegó tarde para nuestra Marina de cara
al desastre
del
98: el Congreso USA había acordado ochenta años antes - ¡en
1814! - construir navíos de guerra accionados por vapor. |